sábado, 26 de junio de 2010

SELECTIVIDAD 2010. LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA. IES "MAIMÓNIDES". "Petición de 'disculpas'"

Como sabemos, en el pasado examen de Selectividad (en la prueba de Lengua Castellana y Literatura), 'alguien' cometió un error en una de las preguntas de lengua: se preguntaba por clases de perífrasis verbales y, para ello, se ponían dos ejemplos del texto; pero uno de esos ejemplos era erróneo, pues no era perífrasis.
Por ello, en el pasado Acto de Graduación, me permití, más o menos humorísticamente, leer las siguientes líneas, a modo de "petición de disculpas":

Estimados alumnos y estimadas alumnas:
                                                                  No tengo que ser yo quien se disculpe por los errores cometidos en la prueba de selectividad (llamada más pomposamente Prueba de Acceso a la Universidad, o PAU, en siglas, que, quién sabe, a lo mejor son las palabras del futuro), sino aquel o aquella que, en un dechado de improvisación, rapidez a lo “Fast & Furious”, e ineficacia se supone que sin mala leche, confundió 'categorías' de palabras. No, no tengo que ser yo quien se disculpe.
     Pero lo cierto es que hay, además de vosotros, alumnos y alumnas, damnificados todos del territorio andalusí, un daño mortal que espero no se troque en resentimiento para siempre para con nosotros, humildísimos profesores de Lengua Castellana y Literatura.
     (Y, entre paréntesis, como aclaración, pienso que maldita sea la ocasión y malditos los momentos en que un profesor de Lengua o una profesora de Lengua confundió los términos de esa prueba, pues nos confundió a todos, es decir, nos puso a todos a su mismo nivel de ineficacia, y, estaréis de acuerdo conmigo, no todos los profesores de Lengua merecemos este estigma, esta marca infernal, esta bola de prisionero carcelario para la eternidad de las eternidades).
     Pero bueno, sigo con lo que estaba diciendo: hay un daño mortal hecho contra “alguien”, si es que así podemos denominar a esos entes; me refiero a las palabras y, más concretamente a las perífrasis verbales y a las subordinadas sustantivas de complemento directo. Si esas dos palabras del examen, PRETENDÍA EXAMINAR, no son una perífrasis verbal, como así es probado a simple vista, aunque se sea muy miope o muy astigmático, o muy enturbiado por la presbicia, o muy daltónico, o muy lo que sea, no podemos negar que las verdaderas perífrasis verbales se sentirán muy molestas con ese “patito feo” que les ha tocado en suerte desgraciada: ellas son una clase muy especial de verbos, una clase diríamos que casi nobiliaria y no admiten ni plebeyos ni travestidas perífrasis. Y ya no digamos cómo se sentirán las subordinadas sustantivas de complemento directo; además de que ya de por sí son subordinadas, es decir, a la orden de, por debajo de, inferior en jerarquía a, dependiente de…; además de eso las ignoran, las confunden. Y ellas, así como las perífrasis, estarán pensando en que Dios y/o el Diablo confundan al autor o a la autora de semejante dislate.
     Y yo espero, como decía antes, que ni las perífrasis ni las sustantivas nos tomen inquina a los profesores y profesoras de Lengua. Yo, en nombre de ellos y de ellas, les pido humildemente perdón y me comprometo a resolver el entuerto en los cursos que me quedan hasta la jubilación, que, Dios y el gobierno mediante, son muchos… y muchos… y muchos.
     Y, por supuesto, lamento con toda la profundidad a lo largo y ancho y alto de mi corazón el daño causado a toda esa masa estudiantil. Esperemos que la herida haya sido leve.


     Un saludo y hasta siempre.
             Bernardo Ríos, profesor de Lengua Castellana y Literatura.

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