lunes, 19 de julio de 2010

PRENSA. ENSEÑANZA. LENGUA. ORTOGRAFÍA.

En "El País" (hace cinco años de este reportaje: ¿seguirán las cosas igual o habrán mejorado/empeorado):
Los chicos de 11 años cometen una falta de ortografía cada 16 palabras escritas


Un estudio entre 890 alumnos señala que más de la mitad de los fallos se debe a los acentos

MARTA AGUIRREGOMEZCORTA - Madrid - 24/10/2005

Un estudio entre 890 alumnos indica que al finalizar la primaria los estudiantes cometen cerca de siete faltas de ortografía cada 100 palabras, sobre todo de acentuación. Los expertos opinan que lo fundamental es que la expresión sea correcta, aunque recomiendan más lectura y el uso del diccionario.

Si un profesor pide a sus alumnos de 6º de primaria (11 años) que escriban una redacción de unas 100 palabras sobre cualquier tema que se les ocurra, se encontrará que sus alumnos cometerán una media de una falta de ortografía cada 18 vocablos. O lo que es lo mismo: fallará en 6,42 palabras en todo el texto. Más de la mitad de los tropiezos se deberá a faltas de acentuación (59%), seguido de fallos en letras (22%) y de puntuación (18%).
El profesor de Lengua, doctor en Ciencias de la Educación e inspector del Ministerio de Educación Jesús Mesanza se ha ocupado de recabar durante el curso pasado todos estos datos. En el análisis han participado 887 estudiantes procedentes de 42 centros educativos. El estudio se llama Dominio ortográfico e inventario disortográfico del alumnado de la Comunidad de Madrid al final de la educación primaria y sus objetivos son comprobar cuántos errores comete un alumno en una redacción libre y elaborar un listado de palabras donde más se equivocan los chicos con vistas a que los profesores insistan más en la enseñanza de estos vocablos.
De la muestra se derivan otras conclusiones. Las niñas son mejores en ortografía que sus compañeros. Mientras que ellas cometen 5,49 errores ortográficos en una redacción de 100 palabras, ellos fallan en 6,87 vocablos.
La titularidad del centro también proporciona diferencias. La media de disortografías en los colegios públicos es de 7,40; en los concertados es de 5,74, y en los privados, de 4,90.
Curiosamente, palabras tan comunes como también, más o porque son, por este orden, en las que más errores cometen los chavales. Las otras siete son: fútbol, mayúscula, mí, está, día, después y a. ¿Qué razones hay para que estos sean los vocablos donde más fallan? "Son las palabras que más utilizan, aparte de otras cuestiones. Por ejemplo, en la palabra también se juntan posibles errores como la m antes de la b y de acentuación. Hay incluso alumnos que escriben separada esta palabra (tan bien). En el vocablo más todos los errores son de acentuación, cuando lo más sencillo sería recomendar a los alumnos que, si dudan, la escriban siempre con tilde y acertarán prácticamente en el 100% de los casos. En España, en raras ocasiones se utiliza mas como conjunción adversativa, que es cuando no lleva acento", explica Mesanza.
Repasados los datos, la pregunta que se plantea es la siguiente: ¿estos resultados son catastróficos o, por el contrario, esperables en alumnos de 11 años? El autor del estudio dice que "no se puede afirmar experimentalmente que el dominio ortográfico haya crecido, decrecido o se haya estabilizado en los últimos años. Pero sí es cierto que, si en vez de una redacción libre, los niños hubieran tenido que escribir un dictado, el resultado habría sido mucho peor. En ese caso, los alumnos se habrían tenido que enfrentar con frases como las siguientes: di a la lavandera que ice la bandera que yo hice o al fin y al cabo, el cabo tuvo que ceder el tubo".
Como dato orientativo, los expertos señalan que los profesores de 6º de primaria suelen dar por suspensa una redacción cuando los alumnos han cometido diez faltas de ortografía en ella.
Y otro ejemplo: en las pruebas de Selectividad los alumnos de bachillerato (18 años) no pueden cometer más de tres errores ortográficos si no quieren que les tumben la prueba para acceder a la Universidad.
Pero no todas las faltas ortográficas suponen el mismo grado de error, señalan los especialistas. ¿Qué es más grave, hincapié sin hache o cáscara sin tilde? ¿Saltarse dos haches en un comentario de texto o dos comas?
"Depende de lo que distorsione más la comprensión del texto. En general va a penalizar más no poner una hache que una coma y, sin embargo, ésta última puede ser fundamental para la comprensión de una frase", contesta Mesanza.
Los expertos señalan que no hay una receta única para que los alumnos no cometan faltas de ortografía. Por eso ofrecen unas cuantas. La primera es que todo el profesorado debe ser exigente en este tema. "La ortografía guarda alguna similitud con algunos temas de exigencia social: el tráfico mejora cuando surge una campaña de penalización y lo mismo ocurre con la ortografía. Muchos estudiantes son capaces de no cometer faltas en un dictado y, sin embargo, fallan en un montón de ellas cuando escriben, por ejemplo, un trabajo de Ciencias Sociales", señala Mesanza.
La coordinadora de Programas de Innovación de primaria de la Consejería de Educación de la Comunidad Valenciana, Pilar Pérez, es de la misma opinión: "Si lo que van a escribir va a tener un uso público, los niños se conciencian y escriben con menos faltas. Por eso, se debe siempre otorgar una funcionalidad a todo lo que redacten".
El uso del diccionario es otra de las recomendaciones. "Un buen método es que el profesor marque las palabras que estén mal escritas para que el alumno busque en el diccionario cómo se escriben correctamente", recomienda Pilar Pérez.

Una buena dosis de lectura y otro tanto de memoria visual
Los niños que cometen menos faltas de ortografías son aquellos que más libros leen. Muchos expertos siempre insisten en esta idea. "Parece que hay una relación directa entre un mayor gusto por la lectura y un mayor cuidado por la expresión en general y por la forma. Lo ortográfico tiene mucho de imagen", señala Teodoro Álvarez, profesor de Didáctica de la Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid.
El autor del estudio sobre faltas de ortografía entre alumnos de último curso de primaria, el inspector Jesús Mesanza, no está, en cambio, de acuerdo con esta afirmación: "La destreza con la ortografía depende más de otros factores. Por ejemplo, de la memoria. Por muchos libros que lea un alumno, si tiene mala memoria visual, seguirá cometiendo errores ortográficos cuando tenga que escribir".
Aun así, señala: "Los dictados han de ser el último ejercicio de una clase de ortografía. Éstos son sólo una manera de evaluar, pero no de enseñar. Es como enseñar matemáticas sólo con problemas, sin haber explicado antes la teoría. Se trata de que, previamente, los alumnos lean, observen los textos, busquen el significado y las raíces de cada una de las palabras".

Organizar los textos
Otros expertos subrayan que más que el número de faltas de ortografía que se cometan, lo fundamental de la expresión es que haya coherencia en lo que un alumno escribe. "¿Cuál es el objeto del escrito?, ¿cómo lo va a hacer?, ¿cómo lo organizará? Esto es lo que verdaderamente importa", señala la coordinadora de Programas de Innovación de Primaria de la Consejería de Educación de la Comunidad Valenciana, Pilar Pérez. "Las faltas de ortografía son muy importantes, pero no han de ser el objeto de aprendizaje de la Lengua. La ortografía ha de estar al servicio de las competencias comunicativas, pero nunca al revés", señala esta experta.
En cualquier caso, la función de la ortografía tiene que ser la de ayudar al texto escrito a que tenga rigor y coherencia. "No es sólo una cuestión cuantitativa sobre las faltas que se cometen. Habría que considerar la ortografía desde la corrección de la expresión en su conjunto. Un texto que esté correctamente escrito facilita su comprensión", señala Teodoro Álvarez. Y añade: "Hay una perversión en el sistema. Se ha considerado la ortografía como algo externo a la actividad comunicativa cuando no debería ser así". "Hay que encontrar un justo equilibrio entre la forma y el contenido", añade este profesor. "Ha de ser una enseñanza integrada en la actividad comunicativa".

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